- No me dejes.
Y no sé por qué , pero lo digo. y casi me arrepiento. Y ella se queda por un momento en silencio. Después se separa de mí y me mira curiosa. Luego lo dice despacio casi susurrándolo:
- Tiraste al río la llave del cadado.
Después cariñosa, coge mi cabeza entre sus manos y me mira. No es una pregunta. No es una respuesta. Después me da un beso y otro, y otro más. Y no dice nada más. Solo me sigue besando. Y yo sonrío. Y acepto encantado esa respuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario