¿Por qué prácticamente tú y yo formábamos un solo elemento? ¿Un solo ser?
Entonces tus formas tenían el sentido perfecto, al compás que marcaba el movimiento de los velos que cubrían las ventanas. Como parte de un plan absolutamente preparado, te imaginaba siempre con la cantidad justa de luz, la suficiente como para que yo, cual director de fotografía, pudiese componer el resto.
Me descubrí, mirándome y puse el empeño suficiente para descubrirme al detalle.
¿Por qué estaba sucediendo?
Quizás te había idealizado tanto que “de a poquito” me fui componiendo contigo hasta descubrir que yo estaba completamente hecho de pedacitos de ti...
No hay comentarios:
Publicar un comentario